El campesino y los
leñadores
Había una vez un
campesino que le gustaba mucho sembrar, cultivar, cuidar y regar sus flores y
sus frutos un día se puso a llover cundo el campesino estaba cultivando.
El campesino se metió
corriendo a su casa, cerró las ventanas y las cortinas lo más rápido que pudo.
La lluvia estaba acompañada de aire que soplaba muy fuerte todo salía volando no
paraba por nada duro toda la noche y hasta la mañana del día siguiente termino
de llover, el campesino salio de su casa se dio cuenta de que ya había parado
de llover, salio corriendo y alegre por que al fin iba a seguir cultivando pero
cuando se dio cuenta sus terrenos donde el cultivaba habían desaparecido.
Estaba lleno de árboles, tierra, agua y una que otra rana que salio volando con
el aire, el campesino se puso triste por que el quería seguir cultivando.
Se metió triste a su
casa se sentó y se puso a pensar como le iba a hacer para que sus terrenos
fueran como antes y se acordó que cuando fue al pueblo habían unos leñadores
que le podían ayudar fue al pueblo y se dirigió hasta donde estaban los dos
leñadores y les pregunto disculpen me podrían ayudar es que unos árboles
cayeron en mis terrenos y no puedo
seguir cuidando de mi cultivo. Uno de los leñadores le respondió con mucho gusto
le ayudamos, el campesino se puso feliz, los dos leñadores fueron a los
terrenos del campesino y vieron el desastre que había echo la lluvia y el aire los
leñadores agarraron sus hachas y empezaron a cortar los árboles, con las palas
quitaron la tierra y le construyeron un canal para que cuando llueva el agua no
se quede estancada y se fuera por ahí, las ranas las quitaron y las pusieron en
el río.
Todos sus cultivos
estaban como nuevos sus plantas floreadas y sus vegetales y frutas habían
quedado como si no les hubiera pasado nada, el campesino para agradecerles a
los leñadores corto algunos de sus vegetales y les hizo una deliciosa ensalada.
También les dio frutas como naranjas, uvas y manzanas para que se las comieran
en le camino, los leñadores quedaron felices por su trabajo y por la forma de
cómo les pago el campesino FIN.
Autor: Dyllan Alexis
Martínez Alarcón
15 DE Marzo del 2016
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