HABIA UNA VEZ UN GATO PINTO
Este era un gato muy bonito y juguetón me segupia mucho cuando por las mañanas realizaba mis quehaceres, no era sucio, ni lambiscón, todos los días se le daba de comer y cuando salía me esperaba hasta que por la tarde yo regresaba, era demasiado quieto y no hacia destrozos en la casa.
En una ocadión yo teia una bufanda que estaba por terminar y fui a la cocina a hacer la comida y me tarde un poco; cuando regresé encontré desecha mi bufanda y el hilo todo enredado, pero mi gato era felíz jugando con el estambre
Tenía ganas de darle un par de zapes, pero me miraba tiernamente y muy contento con sus ojos azules, así como el agua cristalina; sentí lástima y lo perdoné por su travesura.
De nuevo empecé a tejer y tuve más cuidado de no dejar el estambre cerca del gato travieso; yo lo quiero mucho y soy feliz porrque siempre me acompaña y todas las noches duerme conmigo.
Un buen día por la mañana mientras paseaba por el tejado, se encontró con una gatita blanca muy hermosa y de ojos verdes con quien jugueteaba todo el tiempo, pasaban mucho juntos y al final hasta tuvieron gatitos, ahora todos viven en mi cas, llenándola de mucha alegría y diversión.
ARCOS GUZMAN MELINA 15 DE MARZO DE 2016
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